Julian ha pasado de ser el guay de clase, a ser casi invisible... y es que, a veces cuesta entender las reacciones de la gente, pero también cuesta entender ciertas acciones.
Julian pasará el verano con Grandmère en Paris, un verano extraño, que pasa por anular todos los planes con sus amigos. Y en un borrón y cuenta nueva casi forzoso, Julian quiere despedirse del Señor Browne, su profesor preferido. Y recuerda que les propuso que le podían mandar sus preceptos en una postal, y en una de una gárgola parisina, le escribe Algunas veces es bueno volver a empezar, algo que se llenará de significado cuando Grandmère le cuenta por qué se llama Julian.
No hay comentarios:
Publicar un comentario